¿Tu PC se está “cocinando” y no sabés por qué? El secreto que los técnicos no te cuentan sobre la pasta térmica
Descubrí por qué tu computadora se sobrecalienta y cómo la pasta térmica puede salvar tu equipo. Guía técnica completa

¿alguna vez te pasó que tu computadora empezó a sonar como un avión despegando? ¿O que de repente se te cuelga en el medio de un juego importante? Bueno, dejame contarte algo que después de 20 años trabajando como técnico en electrónica he visto miles de veces: el 80% de los problemas de sobrecalentamiento que llegan a mi taller tienen que ver con algo tan simple como la pasta térmica.
Y acá viene lo que me rompe la paciencia: la mayoría de los “técnicos” que andan dando vueltas por ahí no te explican realmente qué es, por qué se deteriora, y mucho menos cuándo hay que cambiarla. Te dicen “hay que cambiar la pasta térmica” y listo, como si fuera magia. Pero la realidad es que hay toda una ciencia detrás de este tema que vale la pena entender.
Hoy te voy a explicar todo lo que necesitás saber sobre la pasta térmica, desde los fundamentos físicos hasta los detalles más técnicos que solo manejamos los que estamos metidos en esto todos los días. Y te voy a contar por qué los productos que usamos nosotros en AMITOSAI, como el MTS-FREEZ5 y MTS-FREEZ10, marcan la diferencia entre un trabajo amateur y uno profesional.
¿Qué es realmente la pasta térmica y por qué es tan crítica?
La pasta térmica no es simplemente “una cremita que se pone entre el procesador y el cooler”. Eso es lo que te dice cualquiera. La realidad es mucho más compleja y fascinante.
La pasta térmica es un material de interfaz térmica (TIM, por sus siglas en inglés) que tiene una función específica: eliminar las microscópicas imperfecciones y espacios de aire que quedan entre dos superficies aparentemente “lisas”. Porque acá viene el primer dato que te va a volar la cabeza: lo que vos ves como una superficie perfectamente lisa en el IHS (Integrated Heat Spreader) de tu procesador, a nivel microscópico es como una cordillera llena de picos y valles.
Cuando ponés el cooler directamente sobre el procesador sin pasta térmica, el contacto real entre las superficies es mínimo. Estamos hablando de que apenas un 10% a 15% de la superficie está realmente en contacto. El resto son espacios microscópicos llenos de aire, y el aire es uno de los peores conductores térmicos que existen.
La conductividad térmica del aire es de aproximadamente 0.026 W/mK (vatios por metro-kelvin), mientras que una buena pasta térmica puede tener valores entre 3 y 12 W/mK. Es decir, una pasta térmica de calidad media conduce el calor entre 100 y 400 veces mejor que el aire. ¿Te das cuenta de la diferencia brutal que esto representa?
La física detrás del intercambio térmico
Para entender realmente por qué la pasta térmica es tan importante, tenemos que meternos un poco en la física del intercambio térmico. No te preocupes, te lo voy a explicar de manera que lo entiendas sin necesidad de ser ingeniero.
El calor se transfiere de tres maneras: conducción, convección y radiación. En el caso de nuestro procesador, la transferencia principal es por conducción, que es el movimiento de energía térmica a través de un material sólido.
La ley de Fourier nos dice que el flujo de calor es proporcional al gradiente de temperatura y al área de contacto, e inversamente proporcional al espesor del material. En términos simples: mientras mejor sea el contacto entre las superficies, más eficiente será la transferencia de calor.
Acá es donde entra en juego la pasta térmica. Su trabajo no es ser el mejor conductor térmico del mundo (para eso están los metales líquidos, pero esa es otra historia), sino llenar esos espacios microscópicos con un material que conduzca mucho mejor que el aire.
¿Por qué se deteriora la pasta térmica con el tiempo?
Esta es la pregunta del millón, y la respuesta tiene que ver con varios factores que actúan simultáneamente:
Pump-out effect: Este es un fenómeno que pocos conocen pero que es fundamental. Cada vez que tu procesador se calienta y se enfría (lo que pasa constantemente), los materiales se expanden y contraen. Esta expansión y contracción térmica genera una especie de “bombeo” que gradualmente empuja la pasta térmica hacia los bordes, dejando el centro con menos material.
Degradación química: Las pastas térmicas están compuestas por una base (generalmente silicona) y partículas conductoras (óxido de zinc, óxido de aluminio, nitruro de boro, etc.). Con el tiempo y la temperatura, estos componentes pueden separarse o degradarse químicamente, perdiendo sus propiedades.
Evaporación de componentes volátiles: Muchas pastas térmicas contienen solventes o aceites que ayudan a mantener la consistencia. Estos componentes más livianos se evaporan con el tiempo, especialmente a altas temperaturas, dejando la pasta más seca y menos efectiva.
Oxidación: Aunque las buenas pastas térmicas están formuladas para resistir la oxidación, la exposición prolongada al oxígeno del aire puede afectar algunos de sus componentes.
Cuándo cambiar la pasta térmica: la guía definitiva
Acá es donde la experiencia de años trabajando en esto me permite darte datos concretos, no las pavadas que leés en cualquier lado.
Para uso doméstico normal: Si usás tu PC para navegar, trabajar con Office, ver videos y algún que otro juego casual, la pasta térmica te va a durar entre 3 y 5 años sin problemas. Pero ojo, esto es con una pasta de calidad, no con la porquería que viene de fábrica en muchos equipos.
Para gaming intensivo: Si sos de los que tienen la máquina prendida 8 horas por día jugando, haciendo streaming o minando criptomonedas, te recomiendo cambiarla cada 18 a 24 meses. Las altas temperaturas sostenidas aceleran todos los procesos de degradación que te mencioné antes.
Para overclock: Si tenés tu procesador overclockeado, especialmente si estás tocando voltajes, la pasta térmica se va a degradar más rápido. En estos casos, un cambio anual no está de más.
Para equipos en ambientes hostiles: Si tu PC está en un lugar con mucho polvo, humedad, o cambios bruscos de temperatura, la frecuencia de cambio aumenta. En talleres, fábricas, o lugares cerca del mar, te diría que cada 12 a 18 meses.
Las señales que no podés ignorar
Tu computadora te va a avisar cuando la pasta térmica está pidiendo cambio, pero tenés que saber interpretar las señales:
Aumento gradual de temperatura: Si notás que las temperaturas de tu procesador han subido 5-10 grados comparado con cuando era nuevo, es hora de cambiar la pasta. Usá programas como HWiNFO64 o Core Temp para monitorear.
Throttling térmico: Si tu procesador empieza a bajar la frecuencia para no sobrecalentarse (thermal throttling), es una señal clara de que algo anda mal con la refrigeración.
Ventiladores más ruidosos: Si los ventiladores empezaron a girar más fuerte y más seguido, es porque están tratando de compensar una refrigeración deficiente.
Inestabilidad del sistema: Cuelgues aleatorios, pantallas azules, o reinicios inesperados pueden estar relacionados con sobrecalentamiento.
Rendimiento reducido: Si notás que tu PC “no rinde como antes”, puede ser que el procesador esté limitando su rendimiento para no sobrecalentarse.
El proceso correcto de cambio: técnica profesional
Acá es donde se separa la paja del trigo. Cambiar pasta térmica no es “sacar lo viejo y poner lo nuevo”. Hay toda una metodología que seguimos los técnicos profesionales:
Preparación del área de trabajo: Trabajá en un lugar limpio, bien iluminado, con buena ventilación. Tené a mano alcohol isopropílico al 99% (no uses alcohol común), hisopos, paños que no dejen pelusa, y guantes de nitrilo si tenés.
Desmontaje cuidadoso: Antes de tocar nada, tomá fotos de cómo está conectado todo. Desconectá la alimentación del cooler, aflojá los tornillos o clips en cruz (nunca de a uno por vez), y levantá el cooler con cuidado. Si está muy pegado, no hagas fuerza bruta; calentá un poco el sistema para que la pasta se ablande.
Limpieza meticulosa: Acá es donde muchos la cagan. No uses espátulas metálicas, no uses solventes agresivos, no frotes como un loco. Usá alcohol isopropílico y paños suaves, trabajando en movimientos circulares desde el centro hacia afuera. Repetí el proceso hasta que no quede ni rastro de pasta vieja.
Aplicación de la nueva pasta: Menos es más. Una gota del tamaño de un grano de arroz en el centro del IHS es suficiente. No la extiendas con espátula a menos que sepas exactamente lo que estás haciendo. El peso del cooler va a distribuir la pasta de manera uniforme.
Montaje y verificación: Montá el cooler aplicando presión pareja en todos los puntos de fijación. Conectá todo, prendé el equipo y monitoreá las temperaturas durante las primeras horas de uso.
Por qué elegimos MTS-FREEZ5 y MTS-FREEZ10 en nuestro taller
Después de probar decenas de marcas y formulaciones diferentes, en AMITOSAI creamos la línea MTS-FREEZ por varias razones técnicas específicas:
Formulación no conductora: A diferencia de las pastas con base metálica, los productos MTS-FREEZ no conducen electricidad. Esto es crucial porque una gota que se escape no va a freír tu motherboard. He visto demasiados equipos arruinados por pastas conductoras mal aplicadas.
Estabilidad térmica excepcional: Estas pastas mantienen sus propiedades en un rango de temperatura muy amplio, desde -50°C hasta +150°C. Esto significa que no se van a degradar ni siquiera en los overclocks más extremos.
Baja viscosidad controlada: La consistencia está calculada para que sea fácil de aplicar pero que no se escurra. No es ni muy líquida ni muy espesa, lo que permite una distribución uniforme sin riesgo de derrames.
Longevidad comprobada: En nuestras pruebas de laboratorio, hemos verificado que mantienen más del 95% de su efectividad después de 3 años de uso intensivo.
Presentación profesional: La jeringa permite una dosificación precisa y evita la contaminación del producto. Además, el aplicador fino facilita el trabajo en espacios reducidos como notebooks.
La diferencia entre el MTS-FREEZ5 y el MTS-FREEZ10 es simplemente la cantidad. El FREEZ5 es perfecto para uso doméstico (alcanza para 15-20 aplicaciones), mientras que el FREEZ10 está pensado para técnicos que hacen varios trabajos por mes.
Errores comunes que ves en todos lados
En mis años de experiencia, he visto los mismos errores una y otra vez. Te los cuento para que no los cometas:
Usar demasiada pasta: El error número uno. Más pasta no significa mejor refrigeración. Al contrario, el exceso actúa como aislante térmico.
Extender la pasta con espátula: A menos que seas un técnico experimentado, no lo hagas. La presión del cooler va a distribuir la pasta de manera más uniforme que cualquier espátula.
No limpiar bien las superficies: Quedan restos de pasta vieja que interfieren con la nueva aplicación.
Usar alcohol común en lugar de isopropílico: El alcohol común tiene agua y otros aditivos que pueden dañar los componentes.
Aplicar pasta en ambas superficies: Solo va en el procesador, no en el cooler.
No verificar el montaje: Muchos no se dan cuenta de que el cooler quedó mal montado hasta que es demasiado tarde.
El futuro de las interfaces térmicas
Como técnico que se mantiene actualizado, te puedo contar que la industria está evolucionando constantemente. Ya existen metales líquidos (como el galio-indio) que tienen conductividades térmicas de 70+ W/mK, pero requieren técnicas de aplicación muy específicas y no son aptos para uso general.
También están apareciendo pads térmicos de grafeno y materiales de cambio de fase que prometen revolucionar el mercado. Pero por ahora, para el 99% de las aplicaciones, una buena pasta térmica tradicional como la línea MTS-FREEZ sigue siendo la mejor opción.
Conclusión: no subestimes lo básico
La pasta térmica es uno de esos componentes que parecen insignificantes pero que pueden hacer la diferencia entre un equipo que funciona perfecto durante años y uno que te da problemas constantemente.
Mi consejo después de tantos años en esto: no escatimes en la pasta térmica, aprendé a cambiarla correctamente, y hacelo con la frecuencia adecuada según tu uso. Tu procesador te lo va a agradecer con años de funcionamiento estable y silencioso.
Y recordá: en el mundo de la electrónica, los detalles importan. Una aplicación correcta de pasta térmica puede extender la vida útil de tu equipo varios años. Una aplicación incorrecta puede arruinártelo en minutos.
Si tenés dudas específicas sobre tu equipo o querés que te ayudemos con el mantenimiento, no dudes en consultarnos. En AMITOSAI estamos para ayudarte a que tu tecnología funcione como debe funcionar: perfecta.